domingo, 28 de abril de 2019

“Y los clavos en sus manos”

“Y los clavos en sus manos...”
Los soldados romanos se burlaban de Él, diciéndole salve Rey de los judíos, mientras le incrustaban la corona de espinas y le lastimaban las manos, porque esas manos habían obrado prodigios.

En estos últimos tiempos, no han faltado, quienes hagan mofa de los Santos estigmatizados, porque les dicen, que han recibido los estigmas en el lugar equivocado, ya que Jesús fue clavado en la cruz en las muñecas, no en las manos, pues estás, no podrían sostener su peso y dicen tantas cosas más a fin de desacreditar, la fe, así como las cosas, para la cuales no alcanza el conocimiento, para explicarlas.

Todo mundo sabía, que Jesús con sus manos había obrado prodigios y milagros y los romanos no eran ajenos a esto, pues o lo habían visto o habían oído hablar de Él. Jesús había curado con sus manos a los enfermos, había devuelto al ciego la vista, había bendecido unos peces y unos panes y estos se habían multiplicado, con un gesto de sus manos calmaba tormentas, expulsaba demonios y tantas cosas más. Así que sabían que de sus manos, hermanaba poder. Por eso lo sujetaron de las manos, porque era más doloroso y además era una forma de decirle: mira así clavado, no puedes hacer nada con tus manos, tus manos están atadas a la cruz y no podrás hacer nada, ni uno de eso tus prodigios para liberarte, porque ante el poder de Roma, tú no puedes.

Así fue, que le clavaron las manos y lo sujetaron sus ante brazos con lasos, para mantenerlo sujeto a la cruz. Y esto lo prueba el testimonio escrito en el Nuevo Testamento, los Santos que han recibido los estigmas, de la pasión de Cristo.
Oxwell L’bu

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