viernes, 15 de enero de 2021

***A ti Señor del Amor***

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***A ti Señor del Amor***

Que puedo yo ofrecerte Señor,

que tú no me hayas dado;

con que puedo yo impresionarte,

si todo lo que soy y lo que he logrado,

de ti lo he recibido.


Y sin embargo, sigue mi orgullo,

como pavo real, ensalzándose;

sigue mi ego alimentándose,

de falaces vanidades.


Y vos seguís allí Señor del Amor,

con los brazos extendidos,

esperándome, no para recriminarme,

sino para amarme como nadie

me ha amado.


Por eso vengo a ti, como tulipán 

cuya vida dura solo una primavera;

como tulipán  de cuyo bulbo,

brota solo una flor,

ojalá fuera como tu amor.

Oxwell L’bu copyrights 2021

#Esquipulas


 

miércoles, 13 de enero de 2021

***Una devoción de amor***


***Una Devoción De Amor***
Mi Cristo negro una ofrenda
de amor te vengo a presentar,
aquí frente a el altar,
el corazón te vengo a entregar.

Tu que conoces mi devoción,
que va aunada a este fe,
que te profeso,
cuando oro, cuando reso.

Es una devoción que va
más allá de las costumbres
o la arraigada tradición
y no la mueve la emoción.

Ya que es una devoción 
de profundo amor,
la cual no busca el exhibicionismo,
sino es ser uno con Cristo.

Porque Él se ofrendo 
así mismo...
Más allá del sacrificio,
pues el amor lo trasciende.
Oxwell L’bu Copyright © 2017
#esquipulas 


 

miércoles, 6 de enero de 2021

“Día de Reyes en Guatemala”


 “Un día de Reyes en Guatemala”

Los Reyes Magos, los primeros peregrinos, que emprendieron el camino, para encontrarse,con El Niño Jesús, para adorarle y rendirle pleitesía, así como regalos y también su corazón.


En Guatemala, la celebración del día de Reyes, encuentra sus raíces, en tiempos de la colonia y la misma, aunque ha sufrido cambios, mantiene su esencia y la base de la misma en el evangelio de Mateo.


Las presentes líneas, son producto de mis memorias, que bien podrían ser parte de una historia.  Allá por los años setentas, luego de la Navidad y el Año Nuevo, unos días antes de que iniciara el año escolar, los niños esperaban con anchoas, el día de Reyes, en el cual se conmemora la Epifania del Señor.  En aquellos días, aún se sentía el tradicional olor de la pólvora en las calles, de los cohetillos y alguno que otro canchinflin. En algunas casa el recalentado, ya se había agotado y en las panaderías, se preparaba la tradicional torta del día de reyes que era un pan dulce grande, que tenía pasas y fruta cristalizada, la cual se acompañaba con chocolate caliente.


Se solía llevar, la imagen del niño Jesús, a la iglesia, a oír misa decían las abuelas y para ello, se le ponía sus vestidos nuevos y se veía en la misa a la mayoría de las familias con su imagen del niño Jesús. Luego de la misa, el sacerdote pasaba bendiciendo a las familias y las imágenes y se solía hacer una una convivencia en la que los niños, recibían una bolsita con dulces y un regalo sencillo.  A veces se solía hacer una representación teatral de la Epifania y se le explicaba a los niños, el significado de la misma, así como de los regalos recibidos por El Niño Jesús.


Se escuchaban nuevamente los cohetillos y la alegría de los patojos, era como otra Navidad, al llegar a casa, se colocaba nuevamente la imagen, en el nacimiento y se sentaban en una pequeña silla para recibir a los reyes.  Como lo repito era como otra navidad quizás con menos algarabia, pero con la misma alegría.

Oxwell L’bu copyrights 2021

#Diadereyes

sábado, 2 de enero de 2021

“El rapto del niño”


 “El Rapto del Niño”

(Costumbres de Guatemala)


Como por arte de magia, un día sin saber, ni como, ni cuando, la imagen del niño Jesús, desaparecía del nacimiento a la vista de los pastorcitos de  arcilla y los paisajes simulados, impregnados de aromas a manzanilla, musgo y aserrín…  


No pocas veces “El rapto del Nino” se daba con la complicidad, de alguno de los miembros de la familia… La mama afligida, por la desaparición del niño, salía a las calles a pregonar el “Rapto” de la imagen, con la esperanza que alguien le diera, el paradero de donde se encontraba o de quien sería el raptor.


Dicho rapto solía acontecer, en los días posteriores a la navidad, o aprovechando la confusión, debido a la entrada y salida de la gente de las casas, dando el abrazo de año nuevo o en una de las  fiestas que se organizaban, para la navidad o bien para despedir el año. No pasaban muchos días, para que en una nota, puesta con cautela debajo de la puerta, los raptores, sin identificarse, enumeraran las condiciones para la “Entrega del Nino.”


En dicha nota, solía solicitarse a los dueños de casa, el permiso correspondiente, para organizar la fiesta o repaso, que era la razón, por la que se “Robaban al niño”. A los pocos días, los raptores, nombraban un “mensajer@”  el/la cual pactaba con los dueños de casa, el “Protocolo de entrega” que incluía, la fecha y hora para la entrega, que el “Niño” fuera entregado con vestido nuevo (Ya que era la costumbre, que la imagen estrenara ropa nueva cada año nuevo), en una bandeja decorada con flores o frutas, se solían  hacer acuerdos, en cuanto al refrigerio y comida que se serviría en la fiesta, que usualmente incluía, tamales , ponche, panito y café, así como algunos otros tipos de comida,  refrescos en fin.  Era opcional para los dueños de casa, el cooperar con los gastos de la fiesta de entrega del niño. 


Dichas entregas solían pactarse durante el periodo, del Día de Reyes (enero 6) al  2de Febrero día de la Candelaria.  Una vez realizados los arreglos correspondientes, llegaba el día de “La entrega del Nino” al cual tanto invitados y colados, asistían por igual.  De la casa de los raptores salía, la pequeña imagen, en una especia de procesión donde no faltaban los patojos retozando, las muchachas y muchachos acompañando a los captores, en un ambiente de fiesta y alegría.  Más adelante, quemando cohetillos y gritando “Allí viene el niño” se veía a los cómplices del plagio…


Al llegar a la casa, ya una muchedumbre acompañaba a aquella procesión, más los que esperaban adentro.  Siguiendo “El Protocolo de Entrega”  se hacía entrega de la imagen, a los dueños, los cuales hacían el reconocimiento del niño, luego era entregado al más joven de la casa para fuera colocado en el nacimiento, junto a José, María y los Reyes magos.  Para entonces los captores, procedían a pronunciar “El discurso del Perdón”, luego del mismo los dueños de casa, lo concedían, no sin antes imponer, alguna “Penitencia” la cual iba, desde comerse un tamal súper enchilado, luego un vaso de ron y especies, hasta tener que realizar algo gracioso. Después se procedía a realizar el rezo del último día de la novena, con la participación en primera fila del o los captores, así como de sus cómplices.  Concluido el “protocolo de Entrega” se daba inicio a la fiesta o repaso. Todo aquello en un ambiente familiar, donde los vecinos del lugar, aprovechaban para estrechar esos lazos de amistad, que a través del tiempo y la distancia los sigue uniendo, sin atarlos…  

Oxwell L’bu copyrights 2011

#Tradicionesnavideñas

“El discurseo perdón”


“El discurso del perdón”
El robo o rapto del niño, evoca la escena del niño perdido y encontrado en el templo, como lo dice el Lic. Miguel Alfredo Alvarez Arevalo, es una hermosa tradición, que a pasando de generación en generación, teniendo algunos cambios, pero conservando su  esencia.

El raptor o raptores, tenían que cumplir con una seria de protocolos, por decirlo así, para la entrega o devolución del niño. Desde el envío de telegramas a la familia, donde El Niño había sido raptado, el acordar el día y hora de la entrega, hasta lo que se pedía, como rescate, que lo usual era una fiesta. Se hacían los preparativos, los gastos usualmente corrían por cuente del o los raptores.

Pero también había una pena que purgar, por parte del o los raptores, la penitencia que se imponía, el devolver al niño en una bandeja con flores y la imagen con vestidos nuevos. A esto también se agregaba el llamado discurso del perdón. El cual no era improvisado sino debía ser preparado, pues debía ser leído en la puerta y luego el manuscrito ser entregado a la familia. Algunos hacían discursos simples, otros por el contrario los hacían emotivos y algunas veces, eran casi un poema, como esté:

Oh Niño Jesús me embarga la pena,
pues en mi afán de quererte junto a mi,
no entendí, que el fulgor de tu luz,
no se puede ocultar, pues a venido,
para iluminar a los corazones.

Dulcísima Virgen María,
perdóname porqué tu corazón 
he afligido y el de San José herido,
con mi impertinencia,
de sepárate de tu hijo amado.

Pido perdón porque he pecado,
al pretender acaparar para mi,
al Niño Amado, que ha de ser 
adorado, por los magos, los pastores
y por todo aquel, que es en esta vida
penitentes.

Me reconozco el raptor,
he pecado contra el Amor
y por eso suplico su clemencia,
que el Redentor reprenda la impaciencia,
del castigo, del cual soy justo acreedor,
porque el Amor quise acaparar,
sin detenerme a pensar,
que el fuego que se encierra se sofoca 
y el que se comparte se expande.

Luego de la lectura del mismo, se entregaba al niño y la familia, solía imponer la penitencia al Raptor.
Oxwell L’bu copyrights 2020
#Tradicionesnavideñas