(Francisco de Asís)
Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones. Jeremías 1-5
Nacer no es una casualidad,
ni la tendencia de una probabilidad,
porque desde antes Él nos conoció
y un propósito a cada uno le dio.
Pero nos pasamos la vida distraídos
o buscando fama y fortuna,
sin comprender que desde la cuna,
hay un camino que debemos recorrer.
El poder nos impresiona,
la fama nos emociona;
cuando lo que realmente
buscar el alma es trascender.
Giovanni al igual que cualquier
joven su propósito buscó
y se confundió,
el camino equívoco.
Pero rectificó, cuando
la voz del Señor escuchó
y en Francisco se convirtió
y se revistió con la paciencia
y el amor de Dios.
Francisco a su misión se abrazó
y las manos en el arado puso,
sin mirar atrás y cómo un niño
confío en el Padre que nunca
lo abandono.
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