He vivido de espaldas al Señor,
apartado de sus dones,
buscando soluciones
y hoy más que un castigo,
presiso de su restauración.
Ruego, reso, oró, suplicó,
pero nadie responde,
en medio de mi aflicción,
siento que se desgarra,
mi agonisante corazón.
Pero tú depósito sagrado,
orabas con fe a mi lado
y yo no lo note,
pues estaba ensimismado,
en la telaraña del pecado,
atrapado.
Hoy me aferro a tu mano,
llevo en mi pecho el escapulario,
reso junto a tí a diario,
medito su palabra pues en ella
hay suprema redención.
Poco a poco va quedando atrás
ese doloroso pasado,
que me tenía atormentado,
y se que en esa ruta
junto a mi has caminado
y me has animado.
Porque tú eres ese
depósito sagrado,
donde el verbo se encarno,
eres la llena de gracia,
la esclava del Señor,
la predilecta de su amor.
Oxwell L’bu Copyright © 2017
