domingo, 25 de marzo de 2018

“Memorias de un domingo de ramos en Antigua Guatemala”

“Memorias de un domingo de ramos
   en Antigua Guatemala”

Antigua es una ciudad mística, llena de historias, que mantiene vivas sus memorias y donde en cualquier día, en cualquier lugar, se suelen vivir momentos que se quedan en el corazón para la eternidad.

Durante Semana Santa, la ciudad colonial, se transforma en la Jerusalén de America y el domingo de ramos, es una celebración que llena las calles de colores de abril, con los ramos de flores, el color de las jacarandas y las bugambilias cayendo de los balcones.Desde muy temprano por la mañana se ve a niños y adultos portando ramos, rumbo a las diferentes templos católicos dentro de la ciudad. El aroma del corozo y el incienso inunda las calle, así como el color de los penitentes.

Los templos se llenan de fieles que con buena disposición de espíritu inician la semana mayor, que no es cualquier semana, pues en esta se conmemora el supremo acto de amor del Redentor.

Desde muy temprano y aún desde el anochecer, se han preparado hermosas alfombras a lo largo y ancho de la ciudad, alfombras que son fiel expresión de amor y devoción, en ese arte intermitente que se plasma en las calles de piedra, de la Antigua Guatemala.

Al filo del medio día, sale del templo de la Merced, una de las imágenes más irónicas y queridas de la Antigua a recorrer sus calles en un solemne cortejo prosecional, que se extenderá hasta ya entra la noche y en el que participan miles de personas, con un mismo corazón.

Por otra parte, también se ven, por miles a turistas de diferentes partes del mundo, recorriendo sus calles y algunos haciéndose parte de esa celebración de la fe popular. Pues domingo de Ramos en la Antigua Guatemala de alguna forma se inscribe en la memoria y pasa a ser parte de la propia historia.
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