El templo yacía entre ruinas,
mientras la fe, permanecía de pie;
una fe, que el Nazareno ve.
Su rostro moreno se baña de sol
y sale a las calles, que aún
entre ruinas y dolor,
le muestran esa fe y amor,
de un pueblo que ama
a su redentor.
Pocos días han transcurrido,
de aquel terremoto,
que dejó dolor y destrucción
y con las heridas aún sangrando
El ve a su pueblo con fervor adorando.
Y allí va el Nazareno entre ruinas,
bendiciendo a su pueblo,
acompañando su dolor,
pero sobretodo prodigándole
ese Amor, Amor que trasciende
al dolor.
Oxwell L’bu copyrights 2020
No hay comentarios:
Publicar un comentario