***Peregrinos de la noche***a
12 Ahora vemos de manera indirecta y velada, como en un espejo; pero entonces veremos cara a cara. Ahora conozco de manera imperfecta, pero entonces conoceré tal y como soy conocido. 13 Ahora, pues, permanecen estas tres virtudes: la fe, la esperanza y el amor. Pero la más excelente de ellas es el amor.
Carta a los corintios 13:11-13
Somos peregrino de la noche,
más a pesar de no ver con claridad,
avanzamos con certeza en la senda,
marcada por la cruz, de Cristo Jesús.
No reclamamos evidencias,
pues lo nuestro es creer,
sin haber visto,
confiar aunque estén
en contra todas las apuestas.
Pues hemos puesto
nuestra confianza en quien
es: el camino, la verdad y la vida;
pues solo en El hemos encontrado
palabras de vida eterna.
Nuestra fe es de carácter infuso,
ya que es un don que recibimos,
junto con la confirmación,
de que no quedaremos
defraudados.
Porque es El quien nos llamo,
por nombre, sin cuestionar
nuestro pasado o preguntar,
cuales eran nuestras perspectivas
del futuro.
Como todo peregrino,
le extendimos un cheque en blanco,
pues sabemos que vamos de paso
y corremos al encuentro de ese fuego
que arde sin consumirse,
de ese amor, que de tanto amar,
engendra más amor,
somos peregrinos de la noche.
Oxwell L’bu copyrights 2018
12 Ahora vemos de manera indirecta y velada, como en un espejo; pero entonces veremos cara a cara. Ahora conozco de manera imperfecta, pero entonces conoceré tal y como soy conocido. 13 Ahora, pues, permanecen estas tres virtudes: la fe, la esperanza y el amor. Pero la más excelente de ellas es el amor.
Carta a los corintios 13:11-13
Somos peregrino de la noche,
más a pesar de no ver con claridad,
avanzamos con certeza en la senda,
marcada por la cruz, de Cristo Jesús.
No reclamamos evidencias,
pues lo nuestro es creer,
sin haber visto,
confiar aunque estén
en contra todas las apuestas.
Pues hemos puesto
nuestra confianza en quien
es: el camino, la verdad y la vida;
pues solo en El hemos encontrado
palabras de vida eterna.
Nuestra fe es de carácter infuso,
ya que es un don que recibimos,
junto con la confirmación,
de que no quedaremos
defraudados.
Porque es El quien nos llamo,
por nombre, sin cuestionar
nuestro pasado o preguntar,
cuales eran nuestras perspectivas
del futuro.
Como todo peregrino,
le extendimos un cheque en blanco,
pues sabemos que vamos de paso
y corremos al encuentro de ese fuego
que arde sin consumirse,
de ese amor, que de tanto amar,
engendra más amor,
somos peregrinos de la noche.
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